viernes, 23 de octubre de 2015

Lino Barañao: "Filmus tendrá que mantener el Ministerio de Tecnología en este ritmo, no hay margen de tolerancia"

El doctor Lino Barañao

El doctor Lino Barañao.Foto:Ministerio de Ciencia y Tecnología

El titular de la cartera que creó Cristina Kirchner se había propuesto para continuar en el cargo si ganara el FPV pero Scioli adelantó que designará al titular de la secretaría de Malvinas

Este año ocurrirá la primera sucesión en la cabeza del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Creado en 2007 por Cristina Kirchner, siempre estuvo liderado por Lino Barañao, doctor en Ciencias Químicas, que logró mantenerse en los últimos años ajeno a las disputas políticas. Considerado un "cuadro técnico",

Barañao quería continuar como ministro partir del 10 de diciembre y se había puesto a disposición de Daniel Scioli, pero el candidato del FPV ya anunció que -si gana- designará al frente de la cartera a Daniel Filmus, hoy a cargo de la Secretaría de Asuntos Relativos a las Malvinas.

Barañao, fiel al perfil que mantuvo durante su gestión, se mostró reacio a opinar sobre los motivos de Scioli para reemplazarlo.

En el diálogo con LA NACION, también evitó hablar sobre la reacción de la presidenta sobre la decisión de su delfín.

Sólo brindó una definición: el equipo que lideró durante los últimos ocho años -y que él mismo seleccionó- debe continuar.

¿Le gustaría continuar como ministro de Ciencia y Tecnología?

Uno no podría negarse, negarse significaría decir que uno no está de acuerdo con el partido.

Yo dije que sí, que podía, si lo requerían podía seguir, pero me parece muy sano que haya renovación de gente.

Ocho años a cargo de una cartera es un período largo.

Yo suelo cambiar de actividad cada diez, o sea que estoy excedido dos años.

Lo que sí me preocupaba, y es el motivo por el que dije que eventualmente estaría dispuesto a continuar, es para conservar el grupo humano que está acá adentro, que fue seleccionado por mí y con el que tengo una relación.

Es como que uno deja una familia expuesta.

Por eso dije que si alguien juzga que hay que hacerlo, seguiría.

Pero no pensaba seguir cuatro años, porque no quería jubilarme como ministro.

¿Cuál fue su principal logro como ministro de Ciencia y Tecnología?

El logro más importante es tal vez el menos visible, la tarea de casting, de elección de un grupo humano que fue la clave del éxito de estos años.

El departamento contable, el legal, los directores de fondos de los proyectos, que no han tenido ninguna queja ni problemas legales en ocho años.

Este es el logro que más me preocupa conservar.

¿Cree que Filmus respetará este deseo?

Yo esperaría que sí.

Si esto se destruye se frena el tren que pusimos en marcha todos estos años con el impulso que nos dio la Presidenta, con libertad.

Ahora es un tren con muchos vagones y quien se suma tiene la responsabilidad de mantenerlo en este ritmo.

No hay el margen de tolerancia que tuve cuando recién empezamos.

Hay una expectativa muy grande por lo que ocurre.

No sólo por los investigadores, que han visto mejoradas sus condiciones como nunca en la historia de la Argentina, en salario, en reconocimiento, sino también por el sector productivo.

¿Habló con Filmus sobre este tema?

Nos reunimos y Daniel me transmitió la intención de coordinar las tareas.

Obviamente hay mucho acumulado y es impensable que un nuevo staff pueda mantener el funcionamiento empezando desde cero.

Habrá que hacer una transición ordenada.

Hay proyectos de cooperación internacional que tienen hitos que deben ser cumplidos porque hay penalidades.

Calculo que ni bien se confirme, como espero, el triunfo en primera vuelta del candidato Daniel Scioli, ya empezaremos a trabajar en lo concreto, tomando contacto con los equipos y presentando los proyectos en marcha.

¿Habló con la Presidenta tras conocer la decisión de Scioli?

Aún no, pero calculo que si hablo con la Presidenta será para agradecerle el apoyo de estos años.

No corresponde a la Presidenta decidir sobre mi futuro.

No tengo más que palabras de agradecimiento.

¿Cree que hubiera querido que continúe?

No sabría decirlo.

Sé que está conforme con lo que hemos hecho.

Ha sido un placer trabajar estos años con ella, no sólo por su altura intelectual sino por la curiosidad que manifestó por los temas científicos.

Fui afortunado por tener un apoyo total al armar un ministerio desde cero, sin condicionamientos.

Filmus no proviene de las ciencias exactas. ¿Este será un factor limitante?

No necesariamente. Filmus fue ministro de Educación y Ciencia y Tecnología.

Yo empecé mi gestión porque él me eligió.

Este proyecto empezó en 2003, el Ministerio no se creó de la nada.

Además fue él quien me recomendó como potencial ministro ante la Presidenta.

Está consustanciado con esta misión.

Viene de otra ciencia, que no son las ciencias duras, pero las ciencias sociales tienen un papel importante en estos procesos, para interactuar con grupos sociales que han estado relegados.

¿Habló con los investigadores sobre el cambio de liderazgo?

Sí, hay muchos investigadores que plantearon su preocupación.

Pero Filmus representa la continuidad de este proyecto.

Ya hablamos y me comprometí a colaborar para que esto continúe.

Esto debería seguir funcionando con el ritmo que hasta ahora.

Tenemos que tratar de transmitir esta confianza a los investigadores.

¿Cuáles son sus planes para el próximo año?


Tomarme las vacaciones que no me he tomado en 12 años.

Ser ministro ha sido muy desgastante.

Quiero reponer mis energías y pensar qué voy a hacer.

Pero seguramente tenga que ver con la política científica, con la experiencia acumulada en este tiempo.

En la universidad pública organizo una iniciativa que me motiva, el Centro Latinoamericano de Formación Interdisciplinaria.

También tengo ofertas de organismos internacionales de crédito para asesorar a otros países sobre cómo estructurar un ministerio de ciencia.

¿Descarta seguir en el Estado?

No está descartado seguir en otro rol, simplemente se verá después del 10 de diciembre.

Yo siempre trabajé para el Estado, desde chico me enseñaron a valorar el rol del Estado como garante del acceso a la educación.


Brenda Struminger
LA NACION



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